martes, 16 de enero de 2007

Equilibrios



Escuchando: Ironic (Alanis Morisette)







En mi memoria:

“Caperucita Negra era una mocosa de trece años que vivía en Harlem con una mamá empreñadora. La mamá limpiaba los suelos de Ronnie, el local chic para tiburones, en el que se esnifaba coca a toda pastilla y los camellos sudaban más que los camareros. Bien, a última hora de la noche la mamá de Caperucita limpiaba la moqueta con el aspirador y se encontraba en su interior un montoncito de coca y se lo llevaba a casa."

(Stefano Benni. Terra!)


Durante la negociación de un acuerdo, nunca se sabe el motivo, hay un punto en el que ninguna de las dos partes termina de ceder. Normalmente, ese punto está cerca del desenlace final. Es el momento en que más negociaciones se han roto pero también es el instante en que un acuerdo se vuelca a favor de uno de los dos que están negociando.

Esta mañana, como tantas otras veces, he asistido a otro momento de estos. Aunque pueda parecer lo contrario, soy más espectador que otra cosa.

Cuando ya llevas unos años, aprendes un par de cosas: a no dar tu opinión hasta que te la pidan y a saber, de antemano, quien va a ganar la batalla porque, pase lo que pase, la suerte está echada. Lo estaba antes de sentarnos a la mesa.

Por lo demás, un breve comentario a la ilustración de hoy. Como casi todo lo bueno, me llegó por casualidad. Me refiero a Han Woo Lee, artista de pintura suave y colores cariñosos.



kuko

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido kuko;
Permítame solo un apunte: La única batalla que se pierde, es la que se abandona, y para que no se diga que soy optimista le diré que todos abandonamos alguna vez este "casino", así que estamos condenados a perder. Conclusión? Participe!, juegue! no se limite a ser mero ( o rape) espectador, y no apueste nunca todo a un color o a un solo número, puede que le hagan falta fichas para la próxima partida...¿se apuesta algo?

Anónimo dijo...

Bueno... bueno...
Pero hay cosas que no se deben nesgociar, eh?

: ))) Diez mil sonrisas. Me gusta la ilustración.

Jade

Anónimo dijo...

Lo aprendido…

No dar tu opinión sin que te la pidan, (cosa que también es lícita) también cambia el curso de los acontecimientos.
Cuidado con la costumbre y el mirar las cosas como si fueran un teatro del que no formamos parte.

Seguiremos implicados, queramos o no.

Ninguna guerra termina con las negociaciones, (acaso son un paso más). Cada uno de los implicados hace de sus batallas su vida y eso es demasiado íntimo como para ser juzgado vencedor<>vencido.
Quizá de ahí que se represente a la que llaman esa “justicia” con los ojos vendados, porque al fin y al cabo, la justicia no ve nada más allá de su propia forma de medir simples hechos o momentos.

Un beso.

Anónimo dijo...

y no dar tu opinión ni aunque te la pidan? o te lapidan? jejeejjeje
estoy vaga
Mest