miércoles, 19 de agosto de 2009

Coordenadas



Ilustración: “La plage de Sainte-Adresse” (Raoul Dufy)

Escuchando: Chasing cars (Snow Patrol)






En mi memoria:

“Como veis, Alicia había aprendido algunas cosas de éstas en las clases de la escuela, y aunque no era un momento muy oportuno para presumir de sus conocimientos, ya que no había nadie allí que pudiera escucharla, le pareció que repetirlo le servía de repaso.

-Sí, está debe de ser la distancia... pero me pregunto a qué latitud o longitud habré llegado.

Alicia no tenía la menor idea de lo que era la latitud, ni tampoco la longitud, pero le pareció bien decir unas palabras tan bonitas e impresionantes.”


(Alicia en el País de las Maravillas – Lewis Carroll)



Desde esta ventana accidental de verano puedo ver claramente la luna arriba y una isla al fondo.

Al llegar la noche, se diría que la luna descansa sobre mi terraza y que a unos metros de mí, hacia el frente, se encuentra la veintena de luces de la isla que destaca sobre la bahía. No muchas más tiene.

Tan cercanas parecen luna e isla que, no pocas veces, y al amparo de la primera, me creo capaz de lanzarme al mar buscando la segunda, haciendo caso omiso de los agoreros que miden las distancias. Doce millas naúticas, unos veintipocos kilómetros... No puede ser cierto.

Contigo me ocurre igual que con la luna y la isla. Nunca te he sentido lejos y no me creo lo que dicen mapas y guías. ¿Quién imaginaría a Alicia con un GPS?

Ya hace más de dos años y medio que me animaste a escribir unas líneas de vez en cuando. Hoy se cumplen diez decenas de veces que me he sentado delante de la pantalla. He querido acordarme de ti y darte las gracias por estar conmigo todo este tiempo sin querer saber de latitud y longitud, kilómetros y millas.

Aún así, sigues debiéndome un café.


kuko-