Escuchando: She (Elvis Costello)
En mi memoria:
“Ella puede ser la cara que no puedo olvidar,
Un rastro de placer o arrepentimiento,
Puede ser mi tesoro o el precio que tengo que pagar.
Ella puede ser la canción que el verano canta,
Puede ser el frío que el otoño trae,
Puede ser cien cosas distintas
Dentro de lo que mide un día.”
(De la canción anterior)
No sé si os dais cuenta, pero no estamos en forma. No dedicamos ni un cuarto de hora al mes a hacer ejercicio.
Y no, no me refiero a ir al gimnasio o en ponerte a hacer carreritas por las mañanas. El ejercicio físico puede dar algo de pereza pero, al fin y al cabo, consiste en sudar más o menos, ducharte después y prepararte para, eventualmente, padecer agujetas durante uno o dos días. Eso es fácil.
¿Cuánto tiempo hace que no te paras a pensar en lo que quieres hacer? Me refiero a lo que, verdaderamente, quieres hacer con tu vida. Puede ser doloroso, pero es muy necesario. Recuerdo haberlo hecho dos veces y ambas acabé agotado. La primera vez terminé saliendo de mi casa con una maleta. La segunda abandonando el trabajo con una caja que contenía mis efectos personales. Ninguna de las dos veces me he arrepentido.
Hay una idea que me está rondando la cabeza ahora. Creo que está llegando el momento otra vez de hacer ejercicio y, tal vez, de buscar un baúl lo suficientemente grande.
kuko