lunes, 26 de febrero de 2007

Mujeres


Escuchando: I say a little prayer (Aretha Franklin)



En mi memoria:

Uno aprende a caminar caminando, asi como aprende a leer leyendo y, todavía más, a amar la lectura leyendo. Aprendí a leer los libros que tenía que leer por razones profesionales, primero con respeto y luego con franca simpatía. Al final, me convertí en un apasionado de los libros y esa pasion devoro mi vida en los últimos cuarenta años.

(Bernard Pivot)


Sí, queridos colegas de género, es hora de reconocerlo: ni son el sexo débil ni son menos inteligentes que nosotros. Si haceis un esfuerzo por intentar determinar a los diez seres humanos más inteligentes que conoceis personalmente, probablemente os ocurra lo mismo que a mí: más de la mitad serán mujeres.

El sábado por la noche estuvimos hablando de eso en una cena con bastantes invitados. Uno de los presentes intentaba incluso argumentarlo científicamente. Le recordé la anécdota de Bischoff (aunque en ese momento no recordaba su nombre, hoy lo he comprobado con el google). Este famoso anatomista se dedicaba a pesar cerebros durante las autopsias que realizaba, y llegó a la conclusión de que el cerebro del hombre pesaba, por término medio 1.350 gramos, frente a los 1.250 gramos del cerebro femenino. Con esta base, defendió hasta su muerte que el hombre era más inteligente que la mujer. Pero ocurrió que, tras su óbito, se comprobó que su cerebro pesaba 1.245 gramos.

Además, sabido es que comer sesos (quien lo haga) te dispara el colesterol.

No somos más inteligentes, sólo tenemos más grasa intracraneal.


kuko

jueves, 22 de febrero de 2007

Naturaleza viva


Escuchando: Year of the cat (Al Stewart)



En mi memoria:

Tus ojos son de donde
la nieve no ha manchado
la luz, y entre las palmas
el aire
invisible es de claro.
Tu deseo es de donde
a los cuerpos se alía
lo animal con la gracia
secreta
de mirada y sonrisa.
Tu existir es de donde
percibe el pensamiento,
por la arena de mares
amigos,
la eternidad en tiempo.
(Luis Cernuda)


Si hacemos abstracción de la doble tragedia que supone el asesinato de una persona y la encadenada depresión de un animal muy unido a ella, hasta hace unas horas nos encontrábamos ante una noticia muy bonita, porque trataba sobre el amor auténtico, el que supone total entrega a cambio de nada.

Me refiero a la terrible noticia del asesinato de Tamara Monti, instructora de un delfinario italiano y la depresión que, al menos en principio, se dijo que, a consecuencia de ello, padecía un delfín hembra, “Mary G”, al que Tamara mimó tras que éste llegase en muy malas condiciones al delfinario, hace ya año y medio.

Coincidió la muerte de Tamara (es curioso: resultó asesinada por un vecino al que molestaban los ladridos de sus perros, por lo que parece que constituía todo un ejemplo de amor a los animales) con la circunstancia de que “Mary G” dejó de comer y perdió 50 kilos en dos semanas.

Hace unas horas, los veterinarios han diagnosticado que “Mary G” sólo padecía un virus gastrointestinal y que ya está mejor, recuperando peso. Pero es difícil creer que no era más que una casualidad. Me alegro de que el delfín se recupere, aunque estoy seguro de que “Mary G” ha estado triste por el asesinato de Tamara Monti.

Tenemos mucho que aprender de los animales.



kuko

lunes, 19 de febrero de 2007

Justicia


Escuchando: Have you ever seen the rain? (Creedence Clearwater Revival)



En mi memoria:

Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.

(Gerardo Diego)

¿Para qué ocultarlo? Hoy es un día de borrachera de éxito. Un día de muchas llamadas con felicitaciones, unas sinceras y otras no tanto. ¡Qué más da!

Hoy he recordado una frase que me encanta de una película ya antigua, Philadelphia. En el transcurso del juicio que se celebra le preguntan al protagonista por qué había querido ser abogado. Contesta que es una profesión en la que, de vez en cuando, sólo muy de vez en cuando, al acabar tu trabajo, puedes tener la sensación de que se ha hecho Justicia.

Y así es algunas veces, hoy es una de ellas. Me compensa del stress de los últimos días y semanas. Me compensa de algunos sinsabores. Me anima a seguir y a animar a otros para que sigan.



kuko

jueves, 15 de febrero de 2007

Sueños



Escuchando: Nights in white satin (Moody Blues)



En mi memoria:

Turgente tu seno
se ve palpitar,
y a su blando impulso
él viene y él va;

diciéndome mudo
con cada compás:
«La noche y el día,
¿qué tienen de igual?»

(Juan Meléndez Valdés)






He soñado que estaba en un mundo con vida propia.

Cada montaña, cada roca, cada grano de arena se desplazaba de un lugar a otro. Se movían, saltaban y hasta podían, en ocasiones, volar por los aires, de forma lenta pero claramente perceptible.

Lo cierto es que cada uno de estos movimientos desplazaba también el agua de los arroyos, riachuelos y ríos. Tan pronto se formaba una catarata aquí, como el agua se estancaba formando lagunas y lagos. He visto como se movían las dunas de arena y algunas se aproximaban a un mar que se movía agitado, formando grandes olas.

No he visto vida en mi sueño, salvo esta naturaleza que se revolvía.

Me he despertado agitado, sin comprender nada.


kuko

martes, 13 de febrero de 2007

Vanidad

Escuchando: Because the night (Patti Smith)




En mi memoria:

"Miré, lleno de vértigo, y descubrí una vasta extensión oceánica, cuyas aguas tenían un color tan parecido a la tinta que me recordaron la descripción que hace el geógrafo nubio del Mare Tenebrarum. Ninguna imaginación humana podría concebir panorama más lamentablemente desolado. A derecha e izquierda, y hasta donde podía alcanzar la mirada, se tendían, como murallas del mundo, cadenas de acantilados horriblemente negros y colgantes, cuyo lúgubre aspecto veíase reforzado por la resaca, que rompía contra ellos su blanca y lívida cresta, aullando y rugiendo eternamente".
(Edgar A. Poe - Un descenso al maelstrom)



Vengo de hablar con alguien a quien conozco desde hace años. Hoy es un personaje relevante a nivel político. Vengo bastante enfadado, así que hoy creo que me extenderé algo más de lo normal. Ruego que me perdoneis por lo extenso y porque este tema se aleja algo de lo que me propuse inicialmente, cuando decidí abrir este blog.

Empezaré por decir que, aunque yo prefiero la civilización griega, he de reconocer que los romanos eran muy sensatos a veces. Así, un triunfo en una batalla era celebrado, pero con matices. Se rendía pleitesía al vencedor, pero también a su ejército, sin el que la victoria no hubiera sido posible. Y el culto al vencedor, encumbrado en este momento de gloria, tenía una doble vertiente: era en cierto modo un agradecimiento a los dioses, pues gracias a su acción se había conseguido la victoria. También servía para protegerle de los malos espíritus que pudieran rondar al homenajeado. Entre estos, el peor de los demonios, el que acechaba con más peligro, era el de la vanidad.

Así, el carro del triunfador íba repleto de amuletos para protegerle, pero no sólo eso: detrás de él se colocaba un esclavo (es decir, lo más bajo en la escala social romana), que le decía en voz alta, para que todo el mundo lo escuchase: "Recuerda que eres un hombre". Al mismo tiempo, los propios legionarios que habían combatido a las órdenes del caudillo homenajeado, cantaban sátiras verdaderamente hirientes dedicadas al héroe. Se cuenta que al propio César, tras vencer a los galos, le recordaban con sus canciones la leyenda nunca contrastada de que era amante de Nicomedes, un rey del Asia Menor: “César subyugó las Galias y Nicomedes a César; ahora César, que subyugó las Galias, celebra un triunfo ¡y Nicomedes, que subyugó a César, no lo celebra!”.

Puede que a más de un gobernante en la actualidad le hiciese falta tener al lado a un esclavo de éstos cada vez que gana las elecciones, para que le recordase -¡qué menos!- que sigue siendo un mortal.


kuko

domingo, 11 de febrero de 2007

Promesas

Escuchando: Turn! Turn! Turn! (The byrds)



En mi memoria:

"Piensa en todos los que alguna vez han vivido desde el principio de los tiempos, y en mí, transeunte como ellos, fluctuando también hacia su mundo gris, como todo lo que me rodea. Este mismo sólido mundo en el que ellos se criaron y vivieron se desmorona y se disuelve. Cae la nieve. Cae sobre ese solitario cementerio en el que Michael Furey yace enterrado. Cae lánguidamente en todo el Universo y lánguidamente cae, como en el descenso de su último final, sobre todos los vivos y los muertos."

(James Joyce – Dublineses)



No. No es la vida un vertedero de sueños. Ni es la suma, claro que no, de las distintas frustraciones de todos.

Olvidas que has llegado a ver tormentas de azules relámpagos seguidos de rayos que rasgaban la cortina oscura del cielo; que has visto amanecer a la orilla del mar, saliendo el sol de entre las aguas; que has contemplado campos de trigo salpicados de rojas amapolas; que has paseado por bosques en los que apenas se filtraba la luz del sol; que has acariciado la barriguita de un cachorro; que has visto llover tras los cristales al calor de una chimenea y que, luego, al salir a la calle, olía a tierra mojada y todo era mucho más limpio.

Todo eso son sueños cumplidos, llegados de promesas que un día alguien nos hizo.

Hasta la muerte es una promesa y puede convertirse, a su modo, en algo bello.



kuko

viernes, 9 de febrero de 2007

Pecados



Escuchando: La misión (Ennio Morricone)



En mi memoria:


“El mundo no está amenazado por las malas personas sino por aquellos que permiten la maldad”.

(Albert Einstein)





Muy a pesar de mi voluntad soy testigo durante estos días de continuas conversaciones alrededor del aparente suicidio de una persona cuya relevancia externa no fue en absoluto elegida por ella. Y asisto como mero espectador, asombrado muchas veces, asustado las más y asqueado siempre a algunos fenómenos que me avergüenzan.

Resulta indignante y, a mi juicio, indicativo del bajísimo nivel, tanto intelectual como moral de una sociedad, la gran cantidad de programas dedicados únicamente a la casquería.

Resulta vergonzoso que se pisoteen los derechos de personas tanto vivas como la imagen que tenemos de las muertas, que se emitan juicios de valor rotundos por parte de quien nunca ha compartido siquiera un té con ellas y que haya “profesionales” del derecho o la medicina que se presten (cobrando, claro está) a participar en estos juegos.

Resulta vomitivo saber que hay una niña de seis años que, durante los próximos meses, va a resultar agredida desde todos los medios de comunicación y socialmente por estos hechos. La información, tanto la veraz como la inveraz se convertirá en un prisma cuyas aristas le producirán un corte en su fina piel todos los días.

Resulta triste que la mayoría de nosotros nos limitemos a observarlo y no hagamos nada para que toda esta locura cese.


kuko

martes, 6 de febrero de 2007

Estimulación


Escuchando: Bridge over troubled water (Simon & Garfunkel)




En mi memoria:


Un pastel en los labios, un olvido
con nata en la memoria de la frente.
De chocolate y oro la pendiente
del seno, las ardillas del vestido.
La bizarra silueta de un bandido
en los ojos. La imagen balbuciente
del aquel primer amor, su negligente
porte de adolescente forajido.
Fresas y soledad en las mejillas,
celofán de los hombros, tulipanes
de brisa y risa y mar y tierna veda
de minúsculos tigres, o abubillas
al acecho de fieros gavilanes.
El cremoso susurro de la seda.

(Luis Alberto de Cuenca)




Pese a lo que mucha gente cree, Stevenson y Poe no llegaron a ser coetáneos. Poe fallece en 1849, a la temprana edad de 40 años, y Stevenson nacerá en 1850. Existen varios paralelismos en su obra, y aún en sus vidas. Sabido es que Poe se refugiaba de sus grandes depresiones con el láudano y la bebida, también es conocida la relación del láudano y la bebida con su obra. Algo menos conocido en que Stevenson recibía un tratamiento con el llamado hongo cornezuelo del centeno (de ahí se sintetiza el LSD), con el fin de aliviar las dolencias de la tuberculosis que padeció desde edad muy temprana. Se cuenta, y así parece, que El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la redactó en sólo seis días “ayudado” por este hongo.

En resumen, que llevo tres días atacado por un virus, y no encuentro bebida o droga que me estimule a escribir nada. Por eso os cuento estas historias que a mí me fascinan por referirse a dos de mis escritores preferidos. Y para que sepais que sigo vivo.

kuko

sábado, 3 de febrero de 2007

Sin manuales

Escuchando: Just like heaven(The cure)









En mi memoria:

“Enséñame cómo haces ese truco.
Ese que me hace gritar - dijo ella.
Ese que me hace reír - dijo ella,
y puso sus brazos alrededor de mi cuello.
Muéstrame cómo lo haces y te prometo,
te prometo que escaparé contigo,
me escaparé contigo.”
(De la canción anterior)


No me vengas con tonterías de que a la vida venimos sin manual y sin instrucciones de uso. Tampoco hacen falta tantas tablas para salir adelante dignamente.

No me digas que no te has dado cuenta de que las piezas comienzan a encajar casi como si fuera un puzzle. Entramos caminando desde la orilla, los pies es lo primero que se moja. No digas que no lo sabes, ¡lo hemos hecho tantas veces!

Todo es más fácil de lo que aparenta. Todo es asombrosamente sencillo.

No tengo ningún truco que enseñarte. En realidad todo lo hemos aprendido juntos. No tengo memoria de mí antes de conocerte.


kuko

viernes, 2 de febrero de 2007

Frágiles



Escuchando: Fragile (Sting)



En mi memoria:

Me colmó el sol del poniente
el corazón de onzas doradas.
Me levanté por la noche a verlas.
¡No valían nada!
De onzas de plata la luna
del alba me llenó mi alma.
Cerré mi puerta en el día por verlas.
¡No valían nada!
(Juan Ramón Jiménez)





Creo que pasó el tiempo de sentir una debilidad que no es nuestra.

Lo difícil era decidirlo y ya lo he hecho. Ahora me preguntas asombrada si lo cumpliré, como si no me conocieras: doblaré el Cabo de Hornos ayudado o no por los vientos australes, ¿todavía lo dudas?

Mientras tanto, pasan las horas en nuestra funda de piel, mi pecho en tu espalda.

Dices que sólo puedes sentirte frágil enfrentándote a mi fuerza. Y yo te repito que pasó la hora de sentir esa levedad que ya no nos pertenece.

kuko

jueves, 1 de febrero de 2007

Llantos



Escuchando: Stop crying your heart out (Oasis)






En mi memoria:


"Inventaron un cristal que dejaba pasar las moscas. La mosca venía, empujaba un poco con la cabeza y pop ya estaba del otro lado. Alegría enormísima de la mosca. Todo lo arruinó un sabio húngaro al descubrir que la mosca podía entrar pero no salir, o viceversa, a causa de no se sabe qué macana en la flexibilidad de las fibras de este cristal que era muy fibroso. En seguida inventaron el cazamoscas con un terrón de azúcar adentro, y muchas moscas morían desesperadas. Así acabó toda posible confraternidad con estos animales dignos de mejor suerte."

(Julio Cortázar – Progreso y retroceso)



Se cuenta, y debe ser cierto, que el poeta Virgilio gastó una cifra desorbitada en un funeral. Me refiero a una cifra que sería superior incluso a un millón de euros actuales.

Y es que estaba compungido porque se había muerto una buena amiga: una mosca, que era su mascota. Por ello, organizó un funeral de los que acostumbraban a tener los grandes personajes patricios en la Roma del siglo I: contrató una orquesta, unas plañideras e incluso le construyó un mausoleo especial al insecto que no había hecho méritos, siquiera, para protagonizar un relato de Cortázar (me encanta ese relato, al principio había elegido un poema sobre el llanto, pero me acordé de éste mientras íba escribiendo).

El llanto puede tener su utilidad: descongestiona el alma o, cuando menos, la nariz. Si el llanto no sirve para ninguna de estas dos cosas, estaremos ante algo absolutamente inútil.

kuko