jueves, 28 de junio de 2007

Distancias


Escuchando: Moon river (Henry Mancini)




En mi memoria:


“Pero qué diferentes de los que él había imaginado eran los sentimientos que le inspiraba aquel pequeño ser! En lugar de la alegría prevista, Lievin no experimentaba más que una angustiosa piedad. De allí en adelante habría en su vida un nuevo punto vulnerable. Y el temor de ver sufrir a aquella pequeña criatura indefensa, le impidió notar el movimiento de necio orgullo que se le había escapado al oírla estornudar!”


(León Tolstoi – Ana Karenina)





Te aconsejé y te pedí que no hiciéramos efectiva la separación en tantos grados. Pero así lo quisiste, y yo lo respete, aunque sangrando.


Pese a ello, y con mi catalejo, te sigo viendo desde esta distancia absurda que nos has impuesto. Y me aguanto las ganas de contarte tantas cosas…


Me muerdo mi lengua y mis dedos y lentamente trago. Me trago decirte cómo terminó la primavera, ahora que las estaciones ya no serán nunca lo mismo. Me trago que no sepas cuánto me hiere a veces la luz en los ojos porque definitivamente me he vampirizado. Me trago hablarte de esa amante dura y exigente que es la soledad. Me trago contarte lo lentas que pueden pasar algunas amargas horas, entre vigilia y sueño. Me trago muchos silencios, muchos. Me trago contarte que fuí feliz a tu lado y que ése nunca fue el motivo de nada.


No, nunca fue el motivo. Pero hasta eso he tenido que tragármelo desde el otro lado de esta enorme, dura y fría cortina de hielo.



kuko

6 comentarios:

Mityu dijo...

La noche y la soledad siempre fueron semillas amargas, pero fecundas.
Después de todo, siempre queda la huella.

Anónimo dijo...

Por fin puedo participar en tu blog Amigo mio, y lo escribo en mayusculas, porque grande eres, Amigo :).
Llego a tu entrada de hoy , y tambien "leo" tu sonrisa al escribirlo, no me engañas . Recuerda, el cambio climatico llego y hasta la mas dura y fina cortina de hielo.. puede cambiar en un cubito de hielo flotando en nuestro brindis. Viva el dulce sabor de la vida!

Anónimo dijo...

Ante todo un besazo enorme, cielo. Ya ves que me asomo de nuevo a tu ventana con las pilas recién recargadas (a lo mejor tú has tenido mucho que ver en ello)Tienes toda la razón del mundo, lo primero es irme a Asturias, pasarlo bomba, hartarme de hacer fotos (sí, te enviaré seis docenas) y a la vuelta hablamos de todo, de todo, de todo.
He leído tres veces seguidas tu escrito y me recuerda a muchas otras cosas, a muchas otras "vidas" y conversaciones ¿no te parece?
Te contaré cosas ,aunque muchas las debes adivinar en cada visita a mi rincón (las risas, las pataletas, todo) visitas que agradezco enormemente, todas y cada una de ellas, pero ahora debo irme a dormir aunque releeré una vez más lo que has escrito.
Gracias, por todo, por estar siempre ahí
y todos mis besos
k.

Ogigia dijo...

Ave voladora, qué delicia melancólica de música y qué cercana me siento a tu palabra

Anónimo dijo...

Me da la sensación de que los silencios forman parte básica de nuestra vida, más que las palabras y la complicidad. Hoy llego por aqui después de hartarme de trabajo embrutecedor que no deja pensar.Pero ahora que te leí me has recordado la importancia de los silencios que son tuyos y tambien de los que no nos han hablado por la misma razón que nosotros no lo hacemos, pero que seguramente nos dedicaron tantos como nosotros dedicamos, aunque a veces resulta increible. Como ya te han dicho, lo importante es la huella y haber vivido y sentido.
Se te quiere antes de bajar hacia la luz del sur, huyendo de kit, está claro ..;-DDDD.

Anónimo dijo...

Holly and Paul, por qué no... tú y yo o......

Si te llevas el pulgar a la nariz, abriendo los dedos, verás un gesto de burla cariñosa, quizás...yo.

Zarpemos entonces.

Sara.

(La P espero que no se importante)