lunes, 21 de mayo de 2007

Atticus


Escuchando: Layla (Eric Clapton)




En mi memoria:

“Hay un montón de cosas desagradables en este mundo, hijo. Desearía mantenerte alejado de ellas. Pero no siempre es posible.”

(Atticus Finch, en “Matar a un ruiseñor”)



Lo de hoy es improbable que se repita, porque voy a hablar de mí.

Por tendencia familiar, más que por la abogacía, tenía yo todos los números para inclinarme por la carrera militar o por la psiquiatría. Puede que por la política. No sé. El caso es que mi padre era el único jurista de la familia.

De hecho, mi primera opción fue ser corresponsal de guerra. Recuerdo que, cuando llegó el momento de elegir entre el bachiller de ciencias y de letras, opté por el segundo pensando únícamente en ser el enviado especial a un conflicto. Ni se me pasaba por la cabeza ser abogado. Es muy curioso. Nunca lo pensé ni como posibilidad.

Fue mi padre, a quien yo adoraba, el que estaba convencido de que yo debía ser abogado. Pero él, que me conocía bien, sabía que no consentiría la menor presión en ese sentido. Bastaría una insinuación para que yo, automáticamente, descartase esa idea. Por eso nunca lo hizo, a pesar de que más tarde me reconoció su alegría por mi opción.

Un día -era verano y ya me había examinado de selectividad- me pidió que viera con él la película “Matar a un ruiseñor”. Después de verla, me dí cuenta de que para mí, Atticus Finch era muy parecido a mi padre y que yo, ya no tenía ninguna duda, tenía que ser abogado.

Nunca me he arrepentido de esa elección. Sólo he echado de menos que mi padre no pudiera verme terminar la carrera y comenzar el ejercicio profesional. Bueno, en realidad, le he echado de menos a él todo este tiempo. Y ya son muchos, muchos años.



kuko

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando yo vi esa película era poco más que una cría de 15 años más o menos y después, gracias al Circulo de Lectores, leí la novela que me entusiasmó más si cabe. Desde siempre me pareció que había que ser muy grande para ser abogado, tanto como Atticus, y que yo lo único que quería hacer era contar esas cosas. Siempre quise ser periodista en plan corresponsal para sacar a la luz a los malvados.
De alguna manera lo estoy haciendo y es por lo que estoy siendo perseguida por los que aún consideran que vivimos en una sociedad con derecho a pernada.
Mira por donde, sin darme cuenta estoy cumpliendo mis sueños: denunciar a los malvados.
Tal vez nos habríamos encontrado en alguna guerra, si ya nos encontramos aqui, no crees?
Grandísimo Atticus...

Ogigia dijo...

Si estuvieras como corresponsal...qué difícil haberte encontrado... aunque sea antiguo,d emodé: a quien a su padre se parece, honra merece....

Anónimo dijo...

...kuko...
!Cómo brilla tu blog!
Hermoso haber coincido en tiempo y espacio.
Gracias por dejar compartirte.
Es un placer y un honor.
Jade.

Anónimo dijo...

Kuko
Vuelvo a leerte en este horario tan inusual para mí.
Recuerdo a Atticus... lo que entraña.
y me hace desear ser mejor persona.
Gracias.
Jade