martes, 13 de julio de 2010

Catarsis


Ilustración: La casa gris (Marc Chagall)


Escuchando: Wild horses (Rolling Stones)



En mi memoria:


“La amo. La amo con toda el alma. Creo que es una mujer maravillosa. La vi sólo una vez. Se dio la vuelta y sonrió. Me miró y sonrió. Después paró un taxi de la fila. Le dio instrucciones al conductor, abrió la puerta, entró, cerró la puerta, me echó una última mirada a través de la ventanilla y luego el taxi arrancó y nunca más la vi de nuevo.”

(Chicas - Harold Pinter)



Días que discurren entre el sonido del despertador y la ansiedad extrema. Estoy destrozando la columna vertebral de mi vida, aunque los dos sabemos que todo está bien, todo está muy bien, todo está jodidamente bien...

Pronto me volverás a preguntar si te echo de menos y pronto te volveré a mentir negándolo. Ni siquiera recuerdo ya porqué lo hago. Mientras tanto, escucho todos los paréntesis con la mirada perdida en una pared y, a veces, paso las horas refugiado en aquel escondite donde guardo mi felicidad por triplicado.

Estúpido comportamiento, porque cada momento es un paso que me aleja más de casa y un instante en el que me convenzo más de que potencialmente soy un peligro extremo, un astronauta en el Mar de la Tranquilidad añorando respirar por sí mismo, sin ayuda, hasta formar parte de esos silencios que escucho.



kuko-

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El último párrafo es un canto a esos abismos donde nos asomamos a menudo, pensando lo que nunca será.

Siempre empático con tus cosas.

L.

María Antonia Ricas dijo...

sí, podría anotarlo para mí...

Anónimo dijo...

Anónimo dijo...

Bss de agosto,
Jade

Anónimo dijo...

qué jopdidamente bueno eres y cómo raspa la piel lo que escribes!!
mest