sábado, 6 de marzo de 2010

Olvido


Ilustración: Calle de París en un día de lluvia (Gustave Caillebotte)

Escuchando: Breath me (Sia)



En mi memoria:

“Las horas que paso contigo
son como un jardín perfumado,
un tenue crepúsculo y una fuente cantarina...
tú y sólo tú logras que me sienta vivir...
Otros hombres dicen que han visto ángeles,
mas yo te vi y me basta.“


(George Moore)



Hubo inviernos mejores, con cálidos días que comenzaban con un beso de despedida y sus horas intermedias que se quebraban durante un instante con un salvavidas en forma de llamada. Un “te echo de menos”, contando las horas hasta que llegaran los segundos en que recuperarías ese primer beso.

Ahora los días se apagan de modo enfermizo, casi agónico. Un silencio doloroso que se rompe con el sonido de un teclado que me recuerda constantemente que estoy solo en esta habitación y en esta casa tan grande para alguien que, a veces, se siente tan pequeño.

Y yo sé que lo sensato sería olvidar que tuve todo eso. Incluso puede que en el fondo tenga capacidad para hacerlo si me lo propongo, pero ya hace tiempo que me invade la certeza de que, salvo en estos momentos en que divago como un estúpido, ya no volveré a abrazarte, y se hace duro decidir así tu propia muerte bañada de olvido.




kuko-

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez cimas más altas... ¿cómo es posible?
Siempre siempre bs
Jade

Anónimo dijo...

Yo no sé qué decir ni cómo...
Gracias,

Un beso.

María Antonia Ricas dijo...

Un beso, ave-inuit

Anónimo dijo...

¿Lo dices así de sencillo porque ya creaste tus palabras?

Sara

Anónimo dijo...

silenciosa me has dejado... yo que no callo ni bajo el agua
mest

Anónimo dijo...

Delicioso como siempre. Un abrazo.

L.