domingo, 3 de febrero de 2008

Bajo cero


Ilustración: Retrato del pintor Hans Theo Richter y su esposa Gisela’ (Otto Dix)

Escuchando: Peces de ciudad (Joaquin Sabina)




En mi memoria:


“Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.”


(De la canción anterior)







Ahora que ya no llueve, se han ido las nubes y se detuvo el viento que empujaba las hojas más rezagadas.

Cuando desde hace meses nadie pasa por mi calle.

Ahora que he abandonado la idea de volver a leer algún correo tuyo.

Ya nunca es hora de algo, siempre es hora de nada.

Nada me conmueve, todo me roza sin acariciarme.

Ya ni el obediente reloj se come mis segundos.

Ni siquiera recuerdo un simple sueño que me pueda sacar de esta rutina.

Y todo se detiene en este mundo completamente helado.





kuko

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Permíteme que, ante mi falta de ocurrencia, tome prestadas unas palabras de un amigo:

"Sucede que a veces la vida mata y el invierno
saca su revólver, te encañona en las costillas,
te aterran los álbumes de fotos y el espejo,
huele a pino el coche y el mar a gasolina.
Pero sucede también
que, sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio."

Y así es, sin saber cómo ni cuándo....

Besos.

Anónimo dijo...

Debe de ser contagioso, porque me apetece robarte una a una las palabras y hacerlas mías. Para mi que es por culpa de este invierno que no es primavera ni invierno ni nada. O quizá es que el clima está como nos sentimos.
No trabajes demasiado, al menos.

Anónimo dijo...

Como me sigue gustando tu música, y leerte, decirte que, los estados de ánimo...si se alternan, nos hacen ser mejores personas.
Y Sabina debe serlo, en el fondo;)

Ogigia dijo...

Aquí, leyéndote, despacio,próxima