Progreso
Ilustración: Tesco flag (Banksy)
Escuchando: Lose yourself (Eminem)
En mi memoria:
“Sentía ganas de meterle una bala entre los ojos a cualquiera que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo”.
(Chuck Palahniuk. El club de la lucha)
Los jóvenes de los 60 sufrieron la desconfianza de sus padres, quienes no les veían preparados para asumir sus responsabilidades el día de mañana. Igual sucedió en los 70, los 80, los 90, etc.
Confieso que no entiendo el reggaeton ni comprendo qué es lo que puede atraer a un joven a pasarse un día completo de marcha sin tomar algo sólido y alimentándose únicamente de metanfetamina o MDMA, mientras escuchan una música electrónica que yo apenas distingo del sonido de un taladro.
Pero no tengo tan mala memoria como para no recordar lo que yo hacía y lo que me metía a su edad. Recuerdo bien que no sentía el “SISTEMA” en absoluto como algo propio. Nos evadíamos pensando que algún día llegaría el momento de cambiarlo.
Han pasado los años y hemos cambiado muy poco o nada, por eso los jóvenes del nuevo milenio tienen sus mitos y beben de sus propias fuentes. Quizá ellos algún día sean más valientes que nosotros y cambien algo importante.
Escuchando: Lose yourself (Eminem)
En mi memoria:
“Sentía ganas de meterle una bala entre los ojos a cualquiera que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo”.
(Chuck Palahniuk. El club de la lucha)
Los jóvenes de los 60 sufrieron la desconfianza de sus padres, quienes no les veían preparados para asumir sus responsabilidades el día de mañana. Igual sucedió en los 70, los 80, los 90, etc.
Confieso que no entiendo el reggaeton ni comprendo qué es lo que puede atraer a un joven a pasarse un día completo de marcha sin tomar algo sólido y alimentándose únicamente de metanfetamina o MDMA, mientras escuchan una música electrónica que yo apenas distingo del sonido de un taladro.
Pero no tengo tan mala memoria como para no recordar lo que yo hacía y lo que me metía a su edad. Recuerdo bien que no sentía el “SISTEMA” en absoluto como algo propio. Nos evadíamos pensando que algún día llegaría el momento de cambiarlo.
Han pasado los años y hemos cambiado muy poco o nada, por eso los jóvenes del nuevo milenio tienen sus mitos y beben de sus propias fuentes. Quizá ellos algún día sean más valientes que nosotros y cambien algo importante.
Mientras tanto, no te niegues a aceptar su obra como arte, que me recuerdas a Nixon.
kuko