jueves, 24 de abril de 2008

Angustia


Ilustración: Adentro con mosquitos y polillas (Guo Wei)

Escuchando: Fool in the rain (Led Zeppelin)



En mi memoria:

“ella se sienta sobre mi corazón y la presión
provoca lágrimas
no de tristeza o de espanto
tampoco de alegría
entonces
¿por qué lloro
alrededor de la mañana feliz?”

(Juan Gelman)




Esta mañana estaba hablando con Antonio cuando he visto pasar a tu perro.

Estábamos allí, en la terraza del bar, charlando sobre la última cena –la nuestra de los amigos, no la de Leonardo-, y he visto pasar a tu perro correteando. Era él, sin duda. Le he reconocido por ese collar tan ridículo que le compraste. Ha sido visto y no visto, una meada en la esquina y giro para desaparecer.

Le he mirado sólo un instante, como digo, pero me ha dado tiempo a advertir que Lupo estaba sucio y descuidado. Sin poder evitarlo, me ha venido a la cabeza el tiempo que llevo sin saber nada de ti. No quería preocuparme, pero ahora ya no sabía si estás perdida o si necesitas ayuda. Y allí estaba yo, a sólo dos calles de tu casa.

Si no fuera por todo lo que ha pasado, me habría acercado a buscarte. Pero soy un cobarde y he seguido en mi silla, escuchando las estupideces de Antonio, sin dejar escapar un solo gesto de esta angustia que ha empezado a corroerme y ya no cesa.


kuko

viernes, 11 de abril de 2008

Memoria


Ilustración: Lavabo y espejo (Antonio López)



Escuchando: More than words (Extreme)



En mi memoria:


" Y mientras escribo en mi culpable agonía, frenético por salvar a la ciudad cuyo peligro aumenta a cada instante, y lucho en vano por liberarme de esta pesadilla en la que parece que estoy en una casa de piedra y de ladrillos, al sur de un siniestro pantano y un cementerio en lo alto de una loma, la Estrella Polar, perversa y monstruosa, mora desde la negra bóveda y parpadea horriblemente como un ojo insensato que pugna por transmitir algún mensaje; aunque no recuerda nada, salvo que un día tuvo un mensaje que transmitir.”

(Polaris – H.P. Lovecraft)





Es cierto que no tenía otra intención que examinar mejor el sello del sobre viejo que yacía en el suelo, junto al contenedor. Era una estampilla en la que aparecía el dictador de cuerpo entero, en un tono azul, puede que violeta.

Tampoco faltaría a la verdad si dijera que él no imaginaba que el sobre pudiera contener una carta que, por un impulso mecánico, comenzó a leer:

“Ana:

No temas porque no voy a escribirte más. Es mi última carta.

He sabido que ya no venías a verme porque vas a casarte. No te ocultaré que me sentí al principio muy dolido y, por eso, he tardado mucho en escribirte.

Tardé mucho en comprender que, aunque no me quisieras, el mundo iba a seguir girando y que yo tenía que estar dentro o este tiempo que he perdido aquí encerrado no habría servido para nada.

Te escribo para que sepas que no tengo nada que reprocharte, que comprendo que los años han pasado lentos también para ti, que estamos muy lejos de aquel destino que pensamos, que ya nunca podría ser lo mismo. Que yo, como tú, sólo quería ser un simple maestro de escuela antes de que estallara esta absurda guerra.

Y que te quiero. Que nunca dejaré de hacerlo.”

Se sintió como un mirón y, avergonzado, introdujo la carta en el contenedor, mirando hacia los lados con temor de que alguien le hubiera podido ver leerla. Ya no le interesaba si el sello tenía algún valor. Sólo se preguntaba si aquella carta tuvo alguna respuesta.




kuko

domingo, 6 de abril de 2008

Destino


Ilustración: El sombrero hace al hombre (Max Ernst)



Escuchando: Maybe tomorrow (Stereophonics)




En mi memoria:


"He estado triste y
me pregunto por qué
estas pequeñas nubes negras
siguen rondando
por aquí conmigo.
Ha sido una pérdida de tiempo,
prefiero estar alegre.
Creo que saldré a la calle
y compraré una sonrisa de arco iris.”

(De la canción anterior)





Me miraba extrañada mientras le decía que no debía confundir esta espera sosegada con tibieza. Que no era más que aceptación de lo que ineludiblemente llegará, porque algunos seres alcanzamos – no sabría decir exactamente el porqué- un convenio con Cronos y tenemos conciencia de todo lo que ha de ocurrir.

Sonreía mientras le explicaba que unos pocos podemos ver como el tiempo se desenrolla como una espiral desde el centro, transformándose en una hermosa caracola que, sin embargo, oculta en su concha la certeza de lo inevitable. Y que, algunas veces, observas pasar las escenas una por una, sabiendo que nuestro futuro de hoy podrá ser estudiado como pasado y, con ello, cumplirá con alguna ley racional que demuestra la teoría del destino.

Ella me observaba absorta, intentando dilucidar si lo que le estaba contando era cierto o, más bien, se trataba de un intento de llevármela a la cama.

Creo que por eso estamos ahora aquí, y su cabeza reposa apoyada en mi hombro. Ahora que ya se ha dormido, su respiración pausada me recuerda que ineludiblemente pasará todo lo que le dije, porque hasta esa noche estaba escrita de antemano.




kuko